La extraña máquina del señor Brigo
Dicen en el barrio que Carlos Brigo no tiene una cámara fotográfica, sino un curioso artefacto que detiene el tiempo. Sus disparos son un mazazo sobre la gris superficie y en cada fragmento inmóvil nos deja ver un detalle, hasta entonces oculto. Las viejas en la plaza dicen que parece haber desarrollado un sutil sentido para mirar en un mundo ciego. Invisible entre la gente, como un cazador sigiloso, no lo vemos venir. Y seguimos caminando distraídos y ajenos a la terrible verdad: hemos sido capturados y nuestra alma ya no podrá escapar. Pasen y vean.